10 de marzo de 2014

Un "Moreno" en Churriana.

 
A Churriana llegó un “moreno” y los autobuses desplazaron militantes y bocas agradecidas de toda la provincia para arropar al flamante secretario general andaluz del PP. No se podían permitir huecos en el auditorio que dieran lugar a que las malas lenguas especulasen sobre el consenso en su elección por el dedo divino de Rajoy y tal vez por eso se ha elegido un pabellón de deportes cómodo de llenar y fácilmente accesible desde la capital. Había escenarios más acordes a la importancia del visitante, pero no quisieron correr riesgos. Fermasa o el Palacio de Congresos hubieran podido acoger a cuatro o siete mil forofos, pero no estaba garantizada la asistencia y había que evitar la amenaza de huecos, así que... todos a Churriana, incluido el Presidente de la Diputación, enamorado del residuo franquista de la Plaza de Bibataubín, y el alcalde capitalino, enamorado de Isabel la Católica y su Toma de Granada.


Cuando digo “moreno”, no me estoy refiriendo a una persona de piel negra, como esas a las que el Partido Popular (no la Guardia Civil) condena al silicio de las concertinas en Melilla o a balas de goma en Ceuta bajo la advocación de Santa Teresa o la Virgen del Amor. Tampoco me refiero a una persona con la piel oscurecida por los rayos UVA o el sol playero de Valencia y de Andalucía, al estilo de Eduardo Zaplana, Ana Mato o Javier Arenas. Cuando digo “moreno” me refiero a una persona de oscuro currículum, sombrío nombramiento como secretario general y negro dinero en sus bolsillos, de ese que circula en sobres de la Gürtel que, dicho sea de paso, no es Bárcenas, sino el PP. A Churriana ha venido nada más y nada menos que Juan Manuel Moreno Bonilla, una cara nueva para la misma política de siempre.


No han elegido mal el sitio para su debut en los ruedos mediáticos, ya que en Churriana las cuentas municipales son apartadas sistemáticamente de la luz y los taquígrafos por Vicente Valero, al que se le llena la boca de transparencia para explicar por qué no las facilita a la oposición como Dios y la ley mandan. Tampoco se ha elegido mal la fecha, 8 de marzo, para un acto de promoción del presidente del Partido Popular, partido que nunca se ha distinguido por su apoyo a las reivindicaciones de la mujer y prefiere celebrar el día de antes sus sesiones fotográficas lejos de los gritos y pancartas de todas las mujeres que han salido a las calles a denunciar el mayor ataque a su libertad sufrido en los últimos cuarenta años. Ningún lugar como Churriana para transformar una jornada reivindicativa en un aséptico y casposo “homenaje”. Hay que agradecer, no obstante, al PP churrianero que no haya imitado a sus compañeros de Getafe obsequiando a las mujeres un delantal y una lima para las uñas.


Moreno ha hecho gala del continuismo político y de la hipocresía propias de quienes se aferran al poder como medio de vida. Ha hablado de confrontación desde el púlpito de un partido que lleva en Granada tres legislaturas confrontando con cualquier poder que no esté en sus manos. Ha hablado de igualdad de oportunidades, en un pueblo cuyo equipo de gobierno se opone a la creación de una bolsa social y transparente de trabajo, para un auditorio que vota y aplaude las políticas educativas, sanitarias y laborales que arrasan la igualdad de oportunidades en toda España. Ha hablado de pacto por el empleo en nombre de un gobierno que ha pactado con la patronal la precarización del empleo y la eliminación de los derechos de los trabajadores, cuyo resultado más evidente ha sido la destrucción de empleo de calidad y su sustitución por empleo en régimen de semiesclavitud. Y ha hablado de igualdad para la mujer el jefe de un partido tradicionalmente opuesto a la paridad, a la homologación salarial y a la conciliación de la vida laboral y familiar, además de privar a la mujer de la capacidad de decisión sobre su propio cuerpo siguiendo las directrices integristas de Rouco Varela.


Han tenido lo que querían: fiesta, demagogia, besos, abrazos, fotos y televisión. Ya quisiéramos en Churriana que los plenos del Ayuntamiento se hicieran en horarios y días, como los de este guateque, que permitan a la ciudadanía asistir a ellos conciliando la vida laboral y municipal. Ya quisiéramos tal despliegue de cámaras en esos mismos plenos que permitiesen su visionado en directo o en diferido, como algunos sobresueldos y contratos del PP, al igual que sucede en otros ayuntamientos que sí apuestan por la transparencia.

Lo dicho: Moreno, esa nueva cara para esa vieja política, ha estado en Churriana.


Queda por saber el papel reservado a Vicente Valero en la guerra interna que mantienen Sebastián Pérez y Torres Hurtado por la alcaldía de la capital y las taifas de Diputación. Ya hizo un intento de ser algo más que alcalde hace años y salió trasquilado.

Y también nos gustaría saber quién, cómo y con qué dinero se ha pagado el homenaje a Moreno. No nos gustaría salir en los papeles de la corrupción.

Pepe Morales
Asamblea local de Izquierda Unida de Churriana.